Tosca
Ópera en tres actos de Giacomo Puccini
Libreto en italiano de Luigi Illica y Giuseppe Giacosa
Según la obra de Victorien Sardou “La Tosca”
Versión original en italiano con sobretítulos en español
Ficha artística
Ficha arística en proceso de selección. Información meramente informativa y sin valor contractual.
Dirección musical : Martin MÁZIK, Dominique ROUITS
Dirección de escena : Roberta MATTELLI
Dirección artística : Luis Miguel LAINZ
Escenografía : Alfredo TROISI
Laboratorio Escenográfico y Atrezzo: Tecnoscena (Nápoles)
Vestuario : Sartoria Arrigo (Milán – Italia)
Calzado : Calzature di Epoca (Milán – Italia)
Pelucas : Mario Audello (Turín – Italia)
TOSCA
Melanie MOUSSAY, Michelle FRANCIS COOK, Chrystelle DI MARCO
CAVARADOSSI
David BAÑOS, Eduardo SANDOVAL, Javier PALACIOS
SCARPIA
Giulio BOSCHETTI, Paolo RUGGIERO, Julien VERONESE
ANGELOTTI
August METODIEV
SACRISTAN
Matteo Peirone, Giancarlo TOSI
SCIARRONE
Nikolay BACHEV
SPOLETTA
Dimiter DIMITROV
* Reparto definitivo aún por determinar, la ficha artística adjunta es meramente provisional y sin valor contractual.
Presentación de la obra
Después de la primera velada de un éxito no muy definido de LA BOHEME, el 1 de febrero de 1896, esta ópera conquistó con pasmosa rapidez el oído y el corazón de media Europa y de otras partes del mundo. El éxito mundial de Puccini que comenzó en 1893 con Manon Lescaut tuvo un brillante despegue. El 24 de noviembre de 1887 se había estrenado en París TOSCA: Un nuevo drama de Victorien SARDOU, uno de los autores de obras de teatro francés más famoso de aquella época con brillante instinto teatral. Sardo escribió este papel para que lo encarnara la actriz dramática más grande de Francia: Sarah BERNHARD. Puccini ve el drama en 1889, en Milán, y a pesar de su escaso dominio de la lengua francesa, queda fascinado. La gran actriz con sus gestos y la diversidad de sus rasgos expresa completamente la intriga de la obra y es capaz de cautivar sólo a través del dramatismo visible y gracias a su gran maestría aún cuando no se entienda una sola palabra. Sale del teatro seducido y se apresura a telegrafiar a su editor RICORDI: “Pienso poner música a Tosca. Le suplico emprender enseguida los pasos necesarios para obtener la autorización de SARDOU…” Pero SARDOU no quiere oír hablar de convertir su drama en una ópera y rechaza la proposición. TOSCA es olvidada.
Algunos años mas tarde otro compositor italiano –Alberto FRANCHETTI- consigue el permiso de SARDOU y empieza a escribir la música para TOSCA. Vuelve a renacer el interés de PUCCINI por la espectacular historia de la cantante romana de la época napoleónica. El renombre de PUCCINI sobresale con mucho al de su oponente y sin muchas dificultades recupera el libreto. Empieza entonces el largo trabajo de rescribir el texto. PUCCINI cuenta con la colaboración del libretista Luigi ILLICA y el prominente poeta Guiseppe GIACOSA. Se le deja creer al autor que tiene peso su palabra. RICORDI es mediador. PUCCINI interviene constantemente exigiendo cambios, cortes, añadidos. Se reúne varias veces con SARDOU para conseguir modificaciones importantes: “Prodigioso hombre. Tiene casi 70 años y está más lleno de vigor y agilidad que un joven. Es un infatigable hablador con el cual una conversación se convierte rápidamente en un monólogo… Acabó por ceder a todo lo que le pedía…” a SARDOU le entusiasma la manera en que ILLICA y GIACOSA realizan la adaptación de su TOSCA. La combinación de los nombres de SARDOU y PUCCINI prometen un triunfo mundial. El borrador del libreto de TOSCA queda concluido a finales del año 1896, pero solamente en 1898, a su regreso a Italia, PUCCINI se entrega con todas sus energías a la composición de la nueva ópera y el 18 de agosto concluye el primer acto. El 16 de julio de 1899 PUCCINI termina el segundo acto y el 29 de septiembre el tercero, con lo cual queda concluida la ópera TOSCA.
El 14 de octubre de 1900 se celebra el estreno de TOSCA en el Teatro Constanzi de ROMA. Se rumorea que un artefacto explosionará durante la representación. La situación política hace creíble esta posibilidad. La alarma hace desalojar el teatro. Finalmente todo vuelve al orden y la obra es representada. Obtiene un vivo éxito; será lo mismo en el mundo entero.
Sinopsis
ACTO I
Iglesia Sant'Andrea della Valle.
Angelotti, excónsul de la República Romana, ha huido de prisión y se refugia en la iglesia.
Su hermana, la marquesa Attavanti, le había enviado un mensaje en el que decía que en la capilla familiar encontraría ropas para disfrazarse de mujer y poder huir de Roma. Angelotti busca la llave, abre la capilla y se esconde dentro. Aparece el Sacristán que ha creído oír pasos, pero sólo encuentra el cesto de la comida del pintor Mario Cavaradossi. Se escucha el toque del Ángelus, y en este momento llega el pintor para proseguir el trabajo con el cuadro.
El sacristán reconoce en el retrato de María Magdalena a una dama rubia que estuvo rezando en la iglesia. Pero el pintor sólo piensa en su amada - Floria Tosca - una actriz y cantante de ardientes ojos negros.
Angelotti, creyendo que está solo, deja su escondite, pero Cavaradossi le ve, y al reconocerlo, se muestra dispuesto a ayudarle a escapar. Se oye la voz de Tosca, Cavaradossi que ofrece su comida al fugitivo y éste se esconde de nuevo.
Llega Tosca y convencida de haber oído voces y ruidos extraños, monta una escena de celos. Al advertir el parecido del retrato de la Magdalena con la Attavanti, sus sospechas aumentan.
Finalmente acepta que sus celos atormentan a Cavaradossi y decide marcharse, calmada. Reaparece Angelotti y Cavaradossi le ofrece su casa de campo, donde suele reunirse con Tosca, para refugiarse hasta que pueda abandonar el país. Se oye el cañón del castillo de Sant'Angelo: la fuga de Angelotti se ha descubierto. Cavaradossi decide él mismo acompañar a Angelotti a la casa.
El Sacristán entra, jubiloso, para comunicar al pintor la noticia de que Bonaparte ha sido derrotado.
Legan los coristas de la capilla: habrá Te Deum de acción de gracias y cobrarán doble. Pero su alegría es interrumpida cuando llega el jefe de policía Scarpia con sus esbirros que proceden a registrar la capilla de los Attavanti y encuentran el abanico con el escudo de armas de los Attavanti, así como la cesta vacía. Scarpia deduce que Angelotti ha sido ayudado en su fuga.
Reaparece Tosca deseando ver a Cavaradossi, y Scarpia le insinúa que el pintor se ha marchado con la dama del cuadro. Tosca, celosa, decide sorprenderlos en la casa de campo. Scarpia manda a Spoletta para que la siga y detenga a Angelotti si lo encuentra allí. Mientras tanto, Scarpia no sólo planea capturar a Angelotti sino también seducir a Tosca. Se inicia el Te Deum y todo el mundo se une a la plegaria general.
ACTO II
Palacio Farnese. Oficinas de Scarpia.
Sentado en su oficina del Palacio Farnese, Scarpia reflexiona sobre la búsqueda de Angelotti y acerca de sus deseos amorosos. Se escucha el eco de la fiesta que da la reina en honor de la victoria. Scarpia ordena que Tosca sea conducida a su presencia, concluida su actuación ante la reina. Spoletta, muerto de miedo, trae la noticia de que Angelotti no ha sido hallado, pero se salva de las iras de Scarpia al anunciar que han podido detener a Cavaradossi. Scarpia interroga a Cavaradossi, pero viendo que las buenas formas no dan resultado, ordena a uno de sus esbirros que comience a torturarle para que confiese. En medio de la tortura llega Tosca, que, escuchando los gritos de dolor de su amado Cavaradossi cede a las presiones de Scarpia y confiesa dónde se halla oculto Angelotti, consiguiendo que la tortura se interrumpa. Pero cuando Cavaradossi se da cuenta de que la tortura ha cesado gracias a la confesión de Tosca, la acusa de traidora. Llega Sciarrone para transmitir a Scarpia una grave noticia:
Napoleón ha ganado la batalla de Marengo y las tropas absolutistas se han dado a la fuga. Cavaradossi, no pudiendo contener su júbilo, exclama su fe en el próximo fin de la tiranía.
Scarpia no puede consentir tales comportamientos y ordena que el prisionero sea preparado para ser inmediatamente ejecutado. Quedan solos Scarpia y Tosca. El jefe de policía ofrece a Tosca la posibilidad de salvar la vida de su amado pintor a cambio de que ella ceda ante sus deseos amorosos. Tosca intenta huir, pero en su desorientación no sabe hacia dónde.
Sus lágrimas y ruegos no le sirven de nada y se ve obligada a ceder: será suya, pero antes exige un salvoconducto para que ella y su amado puedan huir de Roma.
Scarpia finge dar las órdenes oportunas a Spoletta para que la ejecución de Cavaradossi sea sólo simulada, añadiendo enigmáticamente: "Como hicimos con el conde Palmieri". Spoletta, que sabe muy bien que Palmieri fue ejecutado, se va, y Scarpia, impaciente, quiere lanzarse ya sobre su víctima, pero antes Tosca exige el salvoconducto. Mientras Scarpia escribe, Tosca se apodera de un afilado cuchillo. La suerte de Scarpia está echada: Tosca aprovecha la ocasión para apuñalarlo en el pecho, coge el salvoconducto y se va después de haber puesto dos candelabros encendidos junto a la cabeza del cadáver de su mortal enemigo y un crucifijo sobre su pecho.
ACTO III
Terraza superior del castillo de Sant'Angelo
Amanece. Se escucha el canto de un pastor y las campanadas de las iglesias de Roma. Un pelotón trae a Cavaradossi. El carcelero hojea los papeles, busca el nombre del reo y le anuncia que todavía le queda una hora de vida. A cambio de un anillo consigue el permiso de escribir unas palabras a una persona amada. Mientras escribe, lleno de nostalgia, vierte ardientes lágrimas que no pudieron arrancarle los atroces tormentos. Entra Tosca, se precipita hacia Cavaradossi, le enseña el salvoconducto y le cuenta todo lo sucedido, que la ejecución será simulada y que actúe con toda naturalidad cuando finjan fusilarlo. El pelotón dispara contra el preso. Mario se desploma sin un grito. Cuando se quedan solos Tosca se acerca a Cavaradossi, lo llama, intenta levantarlo, pero en vano: Mario está muerto.
Desde abajo se escuchan voces de terror: ha sido descubierto el cuerpo de Scarpia, y Spoletta con ayuda de Sciarrone aparece para detener a Tosca. Pero Tosca no está dispuesta a dejarse coger. Rápidamente sube a la muralla del castillo y, dominada por una súbita decisión, se lanza al vacío.